El 25 de septiembre
se llevó a cabo por cuarto año consecutivo, el festival “Al
Dente”. Es un evento gratuito y de acceso libre que busca celebrar
mediante la gastronomía y el arte, la cultura italiana; celebrar la
inmigración.
Legué temprano al
predio del Dorrego (Avenida Dorrego y General Enrique Martínez)
donde había unas pocas personas mirando y comprando en los pocos
puestos de comida italiana. Había menos de quince puestos con
alimentos como cannolis que se rellenan en el momento, crocantes
sfogliatelas, algunos sándwichs, helados artesanales y pizza, en la
primer cuadra. Una suerte de “pequeña Italia”.
Se continuaba con
otros tantos puestos del “buenos aires market” frente al
escenario principal; una organización de productores y cocineros que
todos los fines de semana arman una feria en diferentes plazas de la
ciudad. Y, por último, sobre la calle Conde, había unos seis
foodtrucks, camiones preparados como cocina que venden entre una y
tres opciones de menú. Un espacio de mesas y sillas acompañaba el
lugar.
Dos colectivos rojos
de dos pisos estilo londinenses delimitaban la entrada y el fin de la
“pequeña Italia”; por la tarde se podría pasear en ellos. Había
además algunos autos antiguos.
En el escenario
principal se desarrollaron distintos espectáculos. Dieron comienzo
con algunas danzas típicas italianas por un grupo folclorista de
gente mayor que, siempre está presente en este tipo de eventos,
llamado “Gioia d'Italia”. Bailaron unas cinco danzas, de
diferentes regiones de Italia incluyendo por supuesto, la tarantela.
Una danza con cintas, otra referente a la cosecha del trigo donde los
hombres simulaban cosechar y las mujeres cernir la harina; otra en
parejas. Todo el público participó haciendo palmas y algunos
bailando o cantando.
Luego de la
presentación del evento por parte de Diego Iglesias, Daniel Malnatti
y Claribel Medina; se presentó el grupo de Maxi Manzo, un chico
descendiente de italianos que cantó unas cuatro canciones en
italiano y español junto a sus músico. Siguió con verónica
Morello, momento en el que me levanté y me fui, por el timbre de su
voz...
El evento en general
me gustó, pude disfrutar de danzas y música italiana, probar dulces
como el cannoli y la sfogliatella y, un riquísima hamburguesa de
cordero de parte de Nómade. Estuvo bien organizado y para este año,
se pensó mejor el espacio por la convocatoria que tiene. Había
además un escenario “grisino” donde había presentaciones para
los más chicos como el grupo “anda calabaza”.
Lo único que no me
gustó es que todos los eventos de los artistas plásticos estaban en
el sector VIP, a los cuales obviamente no se podía acceder sin
invitación. Había además puestos dentro que fuera, no estaban.
Recomiendo
igualmente el evento para el año próximo a las que no lo conocen!
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